martes, 26 de febrero de 2013

Perro Callejero


Cuando tu cuerpo se fue de mis manos,
mi cuerpo quedo extendido en la arena del tiempo,
mis lágrimas regaron las plantaciones,
el huerto de donde te alimentas se regó por mi pena
y hoy comes de mi nostalgia por nuestros gemidos

Cuando tu boca me corto el rostro,
mi boca mustia quedo llamando tu nombre,
ni toda el agua del planeta dio vida a la ausencia,
ni las ganas de seguir el camino dieron fuerza,
ni sé como seguí caminando sin tu olor en mi sexo

Cuando cerré la puerta a tu deseo vacío,
mi deseo lleno se pobló de ansiedad,
busqué miradas para saciar mi sed,
pero no existen ojos como los tuyos
dulce perro callejero

Desde que dije no a tus ansiedades,
las sábanas ajenas se llenan de humedad de mis ojos,
los labios reciben sabores diferentes
y aun no conquistan el secreto recodo del placer total
del deseo ensordecedor que nos despertamos

Cuando la mirada perdió de vista nuestro jadeo,
esta gata callejera se retiró a su tejado distante
a observa pasar transeúntes descuidados
que puedan saciar esa hambre que le quedó...
Esa hambre que solo un perro experto conoce

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