lunes, 5 de noviembre de 2012



La Mujer Y Su Oído

La mujer tenía los ojos rojos, manaba una emoción profunda, lloraba con tal sentimiento que ese ser no pudo evitar abrazarla, sus temblores se transformaban en espasmos con su gemidos de llanto acumulado, lloraba, lloraba con una carga profunda, de días llorando en su pecho, de días de emociones contenidas...

- Por qué lloras mujer?- Preguntó de pronto, quería entender la causa de aquel sentimiento tan fuerte que le impedía parar de botar fuera esa tristeza tan fuerte...

- Quién eres?- salio desde las lágrimas la pregunta...

- Soy tus oídos, porque los del resto no se han prestado verdaderamente para escuchar, porque además tampoco permites que otros escuchen tus circunstancias, soy tu contención que das a otros, pero que esos otros no dan porque están acostumbrados a que estés ahí para escuchar y contener, para mirar sin juicio, sin embargo no eres capas de permitir que otros lo hagan contigo... ahora que te he dicho quien soy, me responderás ¿Por qué lloras, mujer?- todo esto decía mientras acariciaba dulcemente la cabeza de la aterida mujer...

- Lloro porque terminó mi relación- al decirlo los sollozos saltaron como jauría, las lamentaciones en suspiros y toces de vendaban de lágrimas brotaban...

- Y cuando ocurrió ese hecho tan lamentado por ti- la pregunta era obvia...

- Hace dos años que ocurrió...- con una profunda sorpresa tomo el rostro de la mujer, y le pregunto

- No crees que ha pasado demasiado tiempo como para llorar...- la mujer suspiro profundo, para poder hablar sin que su voz fuera mezclada con los sollozos...

- Lloro hoy, porque en esa época no podía enfrentar la pena, porque me habría ido con ella, porque la tristeza era tanta, porque se me rompió el corazón en mil pedazos, porque la elección fue muy fuerte, porque la culpa no me hubiera dejado respirar, porque siendo el hombre más importante de mi vida, tuve que optar entre el y yo, y se me fue un pedazo enorme de alma... no, no iba a ser capas de vivirlo en ese instante, hoy puedo llorar, entender, perdonar, mirar con amor hacia atrás y llorar aunque con un dolor profundo, con entendimiento, con respeto, pudiendo contenerme, pudiendo pararme en unas horas y seguir adelante, porque me perdoné, porque lo perdoné, porque en ese instante no podía vivirlo, y lo guardé, hasta tener la madures para enfrentar la perdida de un amor tan bello, y tan violento... Por eso lo lloro hoy, porque hoy puedo soportarlo...


La mirada sin juicio de ese ser, calmó a la mujer, quizás no entendía, quizás nadie entendía las razones de postergar el vivir el dolor, pero la escucho y contuvo, la abrazo suavemente, la apoyo en su regazo y dejo que llorara todo lo que tenía que llorar, cuando la mujer estuvo mejor, seco sus lágrimas y siguió su camino de escuchar y contener...